jueves, 11 de agosto de 2011

NAVARRENX





El pueblo precioso. Un recinto amurallado con el sistema Vauban, muy parecido a La Fortaleza de Valença, pero sin chiringuitos toalleros.
Los comercios también me recordaban a los de los pueblos del interior de Portugal, parecen los de las películas de los años de la postguerra.

Tranquilidad absoluta, a las ocho ya no hay un alma por la calle. Tienen los mismos problemas de envejecimiento de población como aquí.
Sólo había "marcha" por llamarlo de alguna manera, en un bar-restaurante a la entrada del camino de Santiago, con bastantes peregrinos, y cerca del albergue.

Aquí, la modernidad, el glamour, el charme debían estar metidos en el baúl.
Pero interesante y bonito.

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