Tanto a la ida como a la vuelta paramos en el País vasco francés. Dormimos justo al pasar la frontera, en Urrugne. Es el primer pueblo de la bahía de San Juan de Luz, que también visitamos, pero a la vuelta. El hotel estaba en Socoa, un lugar con un paseo y puerto preciosos. Cenamos en un restaurante al lado del mar con un tiempo fantástico.
Durante la cena estuvimos contemplando como trasladaban grandes bloque de cemento para reforzar los diques que protegen la bahía. A la vuelta nos enteramos que lo hacen todos los años y con un sistema tradicional, con barcazas.
Biarritz, con su glamour, aunque llovía, muy bonita.
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